miércoles, 26 de abril de 2017

Siempre pude correr

A veces cuando veo gente corriendo a toda hora, me pregunto si será solo una moda pasajera o algo que se instalará para siempre en la sociedad. Claro que son muchos, por lo cual hay casi una certeza de que esta actividad seguirá su camino en el tiempo.
Pero, ¿qué de la gente que lo practica? ¿Se han convertido en deportistas? ¿Atletas?
Habrá que hacer diferencias entre unos y otros. Creo que todo tiene que ver con la edad en que se comienza. Es evidente que entre aquellos que tienen ya más de 20 primaveras, es difícil pensar en una carrera atlética profesional. Yo diría que es casi imposible.
Los atletas que tienen una proyección internacional, o como mínimo alguna pretensión seria de éxito, comienzan desde muy temprano, cuando tienen no más de 10 o 11 años en la mayoría de los casos. Siempre hay excepciones y los motivos de sus comienzos en este deporte son tan variados como cantidad de atletas hay.
Sin embargo, aunque no lleguen a ser élite, los corredores aficionados sí pueden experimentar una mejoría constante durante muchos años. Y esto es algo más que una sensación, es una realidad.
Por más que competir sea el motivo principal de querer mejorar en los entrenamientos, se debería pensar en que lo ideal sería tener una larga vida corriendo. No hay que explicar los beneficios que producen a nuestro cuerpo una vida sana y ejercicio diario. Ya todos los sabemos. Entonces lo primero que deberíamos poner a nuestras ganas y entusiasmo en un freno de prudencia. Alguien con 30 años, puede seguir realizando tranquilamente esta actividad hasta los 70 años o más. Por lo que ¿se imaginan la cantidad de kilómetros y de competencias que se pueden correr en 40 años?
Insisto…aunque cueste un gran esfuerzo iniciarse en la actividad, también hay una certeza de que si se tiene dedicación y perseverancia, se mejora. Y con la mejoría vienen las concreciones de sueños y proyectos, deportivamente hablando. Aunque casi con seguridad estos conceptos son válidos para todos los órdenes de la vida.
Si en este momento me preguntaran porque corro…la primera respuesta que daría sería la más obvia…porque puedo.
Y empezaría explicando que no todos pueden. Dejando de lado algún inconveniente físico o de salud que lo impida, no todos tienen la voluntad, o la constancia, ni las aptitudes mínimas para empezar a correr, o simplemente no quieren.
Yo siempre pude, y me di cuenta de que lo hacía bien…lo suficientemente bien como para dedicar parte de mi vida a una actividad que hago naturalmente y sin esfuerzo.
Claro…si hablamos de mejorar, ya cambia todo. Porque no se mejora ni se corre más rápido solo con querer. Hay que sacrificarse, entrenar, cuidarse y mil cosas más.
Pero correr siempre me resulto fácil. Y veía que a lo demás no. Y voy a hacer una confesión: me gustaba que la gente me viera distinto. Creo que todavía disfruto de las caras de algunos que me preguntan cuantos días a la semana entreno y cuantos kilómetros hago…algunos hacen gestos cómicos o de asombro. ¿Cuánto? Escucho más de una vez… ¿a tu edad?…algunas otras veces.
Y esto me ha sucedido muchas veces a través de los años. Recuerdo, por citar algún ejemplo, un amigo que me preguntaba si había corrido alguna maratón de 42 km y decía admirarse por eso. No…me decía, yo nunca voy a poder. Hoy, 10 años después ya lleva más de 25 maratones terminadas y todas en buenos registros.
Para los que podemos…Solo es cuestión de querer. No tengan dudas de eso.

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