martes, 16 de septiembre de 2014

¿Cómo empecé?



La verdad es que no tengo muy claro cuando empecé con este hábito de correr por lo menos unos kilómetros diariamente.
Escucho gente que dice que empezó por hacer alguna rutina física, otra que fue contagiada por amigos, algunos inclusive se acercaron a través de algún deporte y vieron que les atraía mas correr. Tengo un amigo que jura que empezó a correr para escaparse de sus problemas conyugales. No importa como fue, lo que si importa es que lo hago diariamente hace ya más de 30 años.
Si recuerdo cuando empecé a competir, también recuerdo cuando corrí mi primera maratón. Después seguí compitiendo y compitiendo. Aún hoy en día lo sigo haciendo. Claro que la edad y las lesiones pasan factura, pero sigo sintiendo la adrenalina que produce estar en la línea de partida. A nivel deportivo no se me ocurre placer mayor.
Mis primeros recuerdos se remontan a desafíos en la primaria de quien ganaba en una vuelta a la manzana. Nos desafiábamos públicamente y corríamos uno contra uno. Siempre salí ganador. Inclusive corría 3 o 4 veces contra distintos rivales y siempre ganaba. Nunca ni siquiera pensé que podía correr en atletismo, creo que ni siquiera sabía que había competencias de 400 metros. Lamentablemente nadie me lo dijo, porque a lo mejor hubiera sido otra mi historia.
El caso es que a los 25 años entrenaba todos los días, (a veces en doble turno), y competía en diversas distancias hasta que empecé a entrenar en serio para correr medio fondo en la pista.
Durante varios años fui uno más entre los atletas argentinos que buscaban lograr una marca o representar al país en el exterior.
Después sufrí una dura lesión que me margino de toda ambición. Ya nada fue igual. Me costo encontrar mi lugar en relación a las competencias y todavía lo sufro.
Pero de a poco fui descubriendo que entrenar era parte de mi vida y que siempre volvía al entrenamiento a pesar de inconvenientes y sinsabores. Por razones laborales siempre fui un corredor solitario. Me acostumbre a correr por distintos lugares buscando un terreno con más o menos exigencia, de acuerdo a mi estado físico. Cuando les cuento a otros corredores que tengo circuitos de 5, 8 10, 12 o 20 km medidos en mi barrio, algunos me miran con asombro. También tengo medidos 400 metros y 1000 metros para pasadas cortas. Claro…son ya 25 años corriendo en esa zona.
Ahora disfruto ser parte de un grupo. Y realmente es placentero compartir charlas con amigos o hacer cambios de ritmo acompañado.
Pero muchas veces vuelvo a mis viejos hábitos y corro acompañado de mi música y mis pensamientos. Mis amigos me entienden y perdonan. Mi familia esta acostumbrada. Tanto que aún en los viajes que hemos hecho en plan familiar, ellos saben que para mí, vacaciones es también entrenar.
Así que en tantos años me he dado el gusto de correr en distintas geografías y lugares. Tengo recuerdos maravillosos entrenando a la madrugada en la rambla de Barcelona, yendo por la costanera hasta el Llao Llao en Bariloche o corriendo por la restinga al atardecer en Puerto Pirámides, Península de Valdez.
Hoy en día, no concibo un viaje a ningún lado sin llevar mi ropa y mis zapatillas de entrenamiento. Vaya a donde vaya siempre voy a encontrar un huequito para recorrer nuevos caminos transpirando con gusto la camiseta.
Las fotos son de las 2 últimas carreras en que participé...en la Laguna de los Padres y en Otamendi.

No hay comentarios: