No escribía en este blog desde la carrera de Pinamar, no porque no haya entrenado, sino porque no me pareció significativo comentar como seguía con los entrenamientos. Ahora que puedo decir que estoy con un plan mas o menos ordenado y que corro sin lesionarme, considero que puedo aportar algo a aquel que quiera leer estos comentarios, haciendo una crónica de las carreras.
De esta manera los lectores saben de que se trata, si hay buenos premios, si es difícil, etc. O sea todo lo relacionado con la competencia en si, como para en un futuro decidir si vale la pena ir.
Ya he comentado que en Miramar se organizan buenas competencias. La gente esta en todos los detalles, y esta no fue la excepción. Lo que es lamentable es la poca cantidad de inscriptos para esta prueba. Que tristeza me da que habiendo una competencia recomendable 100/100 la gente le de la espalda. Supongo que es cuestión de suerte, o de alineación de planetas, vaya uno a saber. El caso es que he participado de algunas experiencias desastrosas con mucha gente, a veces es frustrante.
Y cuando digo bien organizado, doy fe de esto. Trofeos hasta el 5º en cada categoría de master y especiales, tanto en caballeros como en damas, copas especiales a los tres primeros en la general, algo que esta muy bien y que casi se había perdido la costumbre.
Inclusive se sorteó entre los inscriptos 1 viaje para 2 personas con pensión completa a Villa Carlos Paz.
La carrera es dentro del vivero, y transcurre por senderos de arena apelmazada. En algunos lados estaba bastante difícil, a causa de las lluvias de los últimos tiempos, pero en la mayor parte del recorrido se puede correr sin mayores problemas. Lo cual no quiere decir que sea fácil, permanente se esta subiendo y bajando, así es la geografía del lugar.
Desde el mismo momento de la largada, yo me sentí bien, tenia esa sensación de que iba corriendo a buen ritmo y sin cansarme mucho. La punta no estaba tan lejos, la tuve a la vista durante casi todo el trayecto, para mis adentros lamenté no tener un poco mas de nivel como para poder “prenderme”. Pero la realidad es que solo puedo pensar en lo que soy actualmente, y graduar mi energía como para rendir lo más posible. Y así lo hice, en todo momento fui al límite de mis posibilidades, y si bien es un ritmo modesto, es lo que yo puedo correr ahora.
A partir de los 7km se corre en la costa, sobre la arena blanda, con el agregado de que hubo sortear un arroyo con el agua a los tobillos, lo que mojo las zapatillas y después la arena se pegaba si piedad. Entiéndase bien de cuando digo “blanda”, realmente es así. No había forma de correr, los pies se enterraban y costaba muchísimo avanzar, todo el ritmo que uno había logrado hasta ese momento, se viene abajo en esos kilómetros. Pero este inconveniente es para todos, en cierta manera es una puesta a prueba de nuestra voluntad, aquel se fastidie, no debería participar en este tipo de carreras. Durante este trayecto uno se pregunta “¿para que me inscribí?”, pero en cuanto se termina, uno siente una gran satisfacción por haber sorteado el obstáculo.
El ultimo mil es en la entrada al complejo por la costa, y es de tierra, así que se puede correr, y me sentía con ganas, por lo que se puede decir que llegue con un buen ritmo.
En la llegada había agua y frutas, con una medalla finisher y una remera para todo el que llegaba. La entrega de premios no se hizo interminable y había tantos trofeos que creo que todos se llevaron un recuerdo.
En resumen una carrera recomendable y muy linda para correr.
Yo por mi parte pienso competir el próximo domingo en una de 16km que se organiza en la zona de las Canteras de Batan y que es de aventura, seguramente y si Dios quiere, también voy a tener algo que contar.
La foto es de la largada, yo soy el que tiene el Nº 510.
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