miércoles, 11 de julio de 2012

Temporada de carreras de aventura en la arena

En estos últimos tiempos se han realizado en nuestro territorio, varias carreras de aventura con una importante cantidad de participantes.
Dos de las competencias más significativas del año se realizan dentro de muy poco tiempo en esta zona. A fines de julio en Villa Gessel una de las fechas del circuito Salomón de 21km y en Pinamar, y a principios de Agosto una del circuito del club de corredores, de 27km, que ya es todo un clásico. Lo que antes parecía imposible, competir sobre medanos y arena, ya es una saludable realidad con una masiva participación de corredores.
Decir que estas carreras son parte del calendario atlético nacional ya no es una utopía. De a poco esta modalidad se ha impuesto en el gusto de los corredores y tiene su propio espacio. Esto no es casualidad, los organizadores han tomado nota de las preferencias de los participantes y se han adaptado a sus gustos. Ya hay carreras que se repiten en el mismo circuito año a año. Inclusive hay quien mide su progreso comparándolo con el de años anteriores.
Desde los entes oficiales se miraba todo esto con recelo, pero pareciera que de a poco le han dado el lugar que le corresponde como una actividad con sus propias reglas y características.
De hecho, muchos de los atletas de la elite nacional participan asiduamente de estas competencias. Si hubiera premios en efectivo, muchos más se animarían a correr. Creo que este ítem es una materia pendiente de los organizadores. Debería haber más premios y efectivo para los ganadores. Las entregas de premios son deficientes en la mayoría de estas carreras. Salvo algunas excepciones, no hay categorías de veteranos, y si las hay no son con estándares oficiales.
Las inscripciones son de un costo elevado y en algunas carreras hay muchísimos participantes, lo cual genera un negocio muy remunerativo para las empresas responsables. Se debería entender que dando premios en efectivo se ayuda a los atletas de elite a seguir compitiendo. Pagar $200 por una inscripción que da una remera esponsorizada y una botella de bebida energética, es demasiado poco para tanto costo. Debería haber por lo menos podios numerosos con buenos premios.
Nadie niega que los gastos organizativos son altísimos en lugares con poca o casi nada de infraestructura, pero creo todos saben que también se trata de un negocio a todas luces fantástico.
Las asociaciones atléticas deberían ponerse a la altura de las circunstancias y regular esta actividad. Seria una forma de obtener algún dinero para sus arcas, y de paso controlar la seguridad de los circuitos, la existencia real de asistencia medica en caso de accidentes y la contratación de un seguro por participante. Inclusive con la certificación de las distancias se podría elaborar un ranking anual. Si hubiese voluntad hay mucho por hacer en esta especialidad.
Con respecto a las modalidades para competir, las carreras de aventura promueven desde su principio categorías de pareja. Últimamente se han agregado categorías individuales, que la asemejan más a una competencia atlética propiamente dicha. Esta modificación es una forma de atraer más corredores, pero lamentablemente deja de lado el sentido solidario con que se comenzó.
Esta tendencia mundial a correr en lugares cada vez más difíciles y que suponen verdaderos desafíos tiene gran aceptación en nuestro territorio, hasta llegar a convertirse por cantidad de carreras y nivel de atletas, en el país más importante de América Latina. Claro que en este sentido se ve beneficiado por la variedad de terrenos y paisajes.
Seguramente de a poco se ira formando un calendario a nivel nacional y los atletas le darán un lugar en su año atlético como si se tratase de una actividad oficial.
La foto del día es de la maratonista marplatense Andrea Doblas, la cual compite con gran éxito en las principales carreras de aventura de Sudamérica.

3 comentarios:

Sonia dijo...

Carreras de aventura... una tentacion a las que cuando logre ponerme en forma...me voy a animar. Un abrazo.

Sonia dijo...

El paisaje con el que te encontras durante el trayecto, es lo que hace que sienta deseos de correrlas.

Unknown dijo...

la verdad...cuando voy corriendo a full, ni miro el paisaje...jaja... pero eso no quiere decir que no haya gente que lo disfrute!!!