martes, 15 de mayo de 2012

10 km de campo en Otamendi...2º parte

Vuelvo a compartir algunas sensaciones que me dejo la carrera de Otamendi. Leyendo el resumen que escribí ayer, creo que me quedó tinta en el tintero.
Que difícil es trasmitir sentimientos. Es fácil decir que uno esta alegre o triste, pero es casi imposible describir hasta que punto se sienten nervios o que un ahogo en medio de carrera que nos hace retroceder. ¿Cómo explicarlo como para que se entienda?
Creo que eso está grabado a fuego en los recuerdos que a uno le quedan después de cada circunstancia especial, y habría que ser un poeta o por lo menos un escritor de renombre como para trasmitirlos con justeza.
Si tuviera que compartir una frase, diría que me sentí en mi salsa corriendo el domingo. Porque sentí otra vez esa sensación de competencia que hacia mucho no experimentaba. Y eso es lo que realmente me motiva a seguir entrenado. “Me gusta competir”.
A lo mejor alguien se siente sorprendido por esta afirmación, pero es la verdad. Yo siempre entrene para competir. Es verdad que en algún momento tuve la ilusión de pegar el “gran salto de calidad” y ser un corredor de elite. Pero con el correr de los años esas esperanzas quedaron muy lejos y tuve que encontrar dentro de mí el verdadero motivo para seguir con el día a día.
Y es precisamente este: “me gusta competir”.
Claro que soy conciente de mis limitaciones, y veo la realidad de cómo y con quien compito. Es obvio que no es lo mismo pelear la punta de la competencia que hacerlo por el puesto 60. Hay quien dirá: da lo mismo 60 que 70, y seguramente en el contexto general es así. Pero para mi no. Yo no me entrego. Compito al límite de mis posibilidades y lo hago hasta el final. No regalo ni un metro.
Que mis ocasionales rivales sepan que si me ganaron es porque no pude hacerlo yo. Es así como siento este deporte, y por supuesto que no quiero ni pretendo que todo el mundo sea como yo. Supongo que cada uno tendrá su propia motivación para ponerse en la línea de largada.
Creo que esto es tal vez un resabio de las épocas en que competíamos en pista con un entrenador. Al participar en campeonatos locales, o a nivel nacional, lo que importa es el podio. Solo se premia a los 3 primeros. A los que no hacen podio le queda el consuelo de haber mejorado su marca en el mejor de los casos. Pero no queda registro de esto, es solamente a nivel personal.
Recuerdo con nostalgia las arengas de nuestro querido entrenador Rodríguez Facal antes de las competencias, tratando de tocar no se que fibra intima para entregar “todo” en la carrera. Y ese es un recuerdo magnifico e imborrable.
Por supuesto que sufro. Y que me cuesta esfuerzo mantener un ritmo exigido durante muchos kilómetros. Pero sé que después de cruzar la línea de llegada voy a estar cansado pero feliz. Y de estas pequeñas satisfacciones uno también vive.
La foto es de un tramo de la carrera, a la altura de los 5km.

2 comentarios:

Sonia dijo...

Comparto las mismas sensaciones durante la carrera que describís. Soy de las que en la linea de largada piensa en ganar, pero no siempre es posible, por distintos motivos: lesiones, malos dias, no es la distancia para la que te estas entrenando o porque hay otros atletas que son mejores que uno y piensan igual que yo, ganar. Pero te aseguro que si no lo logro, estoy igual de feliz, porque estoy haciendo lo que amo. Gane o no. Y para mi tiene el mismo merito el primero y el ultimo. Doy batalla, pero si no gano , mañana lo volveré a intentar...

Unknown dijo...

me encanto lo de doy batalla!!! es tal cual, yo siempre tengo esa sensacion. Ahora...¿yo me pregunto? ¿habra corredores a lo que no les gusta competir? Escucho bastante seguido esto, ¿sera que no lo quieren reconocer?...O que tienen miedo de quedar catalogados como fanaticos???